domingo, 15 de marzo de 2015

RENUNCIA

RENUNCIA

Nunca amaré su recuerdo
pues hizo de mí un desecho.
Jamás diré: «si te acuerdas...»
Si el sol se levantase con su aldea,
jamás recordaré, jamás diré,
jamás lluvia seca...

Nunca me verá rebuscando los papeles
para tropezarme con ella de vuelta;
jamás diré: en dónde se hallará su silueta.
Aunque inevitablemente la mañana lo traiga
por la ventana de su lejana tierra.

Nunca me mostraré sediento
buscando alivio en el algodón de sus besos,
jamás diré: cuánto la extraño...
sólo porque me dejó retorcido y enfermo.
Jamás la tendré... jamás su tiempo.

Jamás la tendré en un riachuelo
para desviar su curso y refrescar mi alma,
jamás la llamaré para mendigarle que vuelva,
jamás diré: nada como ella...
jamás recordaré su estela...
jamás su vuelta.

Nunca me despediré de ella,
para qué gastar una mañana nueva
en pozos encantados de penas,
jamás volveré...
jamás la cuidaré como ayer,
jamás otro tiempo...
jamás de vuelta.


CÉSAR BORGES

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